Hoy ha aparecido un artículo en un diario catalán sobre el maltrato sufrido por las mujeres, y resulta que un 26% (1 de cada 4) recibe algún tipo de agresión durante su vida, pero sólo en 17% de las agredidas lo denuncia, es decir, que el problema es como un iceberg, que la mayor parte de él sigue oculto y se sufre en silencio por las víctimas.
Se me ha ocurrido buscar datos y comparar, y llego a algunas conclusiones que me escandalizan.
Resulta que en lo que llevamos de año 2010, hasta hoy, ha habido 80 mujeres asesinadas como consecuencia de la violencia machista. En el año 2009 fueron 69, en el año 2008 fueron 84, y en el año 2007 fueron 71. Las cifras son similares desde el año 1975.
He buscado los asesinatos de ETA y los años de mayor virulencia fueron 1978 con 68 asesinatos, 1979 con 86 asesinatos y 1980 con 93 asesinatos, después bajó a menos de la mitad hasta el año 2002, donde prácticamente acaban los asesinatos.
Primera conclusión: El problema de la violencia machista es más o menos similar al problema que supuso ETA en sus peores años.
Segunda conclusión: El descenso de los asesinatos de ETA está directamente relacionado con la eficacia policial y, por qué no decirlo, con la limitación de los derechos constitucionales de los sospechosos (Ley Antiterrorista).
Me viene a la mente otra noticia leída hace unas semanas, donde la consellera Tura se quejaba de que los jueces no imponen las pulseras localizadoras para los maltratadores, concretamente decía que el gobierno había puesto 3.000 aparatos a disposición de los juzgados de toda España, y sólo se habían utilizado 299 (hasta el día de la noticia, el 13/09/2010), 197 en Madrid y sólo 1 en Barcelona. Raro ¿verdad?, pues la explicación es que, según el propio diario de información que consultó a diversos jueces, resulta que dichas pulseras sólo pueden ser instaladas y retiradas por los técnicos de una empresa ubicada en Madrid, que deben desplazarse para colocarlos fuera de la capital.
Tercera conclusión: No se ponen medios para remediar el problema. Esta conclusión me lleva a unas reflexiones.
Primera reflexión: ¿Tendrá algo que ver que ETA mataba políticos, principalmente, y que las mujeres asesinadas suelen ser anónimas, sin recursos y que generalmente han recibido poca educación escolar? Jolín, ¡qué mal pensado soy!, en España no puede pasar eso, somos un Estado de Social Democrático y de Derecho, según el preámbulo de la Constitución, aquí todos somos iguales.
Segunda reflexión: El problema se solucionará si se hace lo mismo que con ETA, más eficacia policial, y limitar derechos constitucionales. De esta forma, igual en breve tiempo se consigue que las mujeres asesinadas no sean más de 5 al año.
Bueno, llegamos a los derechos, ¿se pueden vulnerar? Pues depende. Decía Benjamin Franklin que “quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria, no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad”. Yo discrepo, desde luego que hay que intentar no vulnerar derechos, pero entre el derecho de una víctima y el derecho de un delincuente, pues para mí es más importarte el de la víctima.
Resulta que la violencia machista no tiene unos límites definidos, es decir, que sus consecuencias no son matemáticas, me explico. La Torre de Pisa, cuando la superficie y el suelo no estén en la misma línea vertical, se caerá, mientras tanto no, eso es una ley de la física. La violencia, surgen unas zonas “oscuras”, situaciones potencialmente peligrosas, pero que la mayoría no llegará concretarse; si actuamos a la primera alarma, estaremos vulnerando derechos (presunción de inocencia) de muchos hombres que finalmente no iban a hacer nada, pero si no actuamos, tenemos encima de la mesa 80 víctimas mortales al año, yo pienso que hay que actuar al primer síntoma.
¿Cómo se actúa, cuando el 85% de las mujeres asesinadas este año no habían denunciado nada?, pues estableciendo un sistema de denuncias anónimas. La mayoría de la gente no denuncia cosas que ve porque después le van a “complicar la vida”, pero lo haría si no fuese así. Cuántas veces hemos oído: “si todo el mundo lo sabía”, “algo iba a pasar”, “se veía venir”.
Es cierto que en nuestro sistema jurídico es un derecho que el acusado sepa quien le acusa; pero es posible atenuar los perjuicios que esto causa, por ejemplo, si la investigación policial es eficiente, si acuden rápido cuando hay una denuncia, y hablan con todos los vecinos o posibles testigos para separar las denuncias falsas de las ciertas, y actuar con contundencia en las ciertas, y que los jueces puedan imponer medidas sin que sea la víctima la que tenga que solicitarlas.
Las denuncias anónimas son feas, ya lo se, pero el gobierno no ha dudado en aplicarlas cuando le conviene, por ejemplo se permiten ante Hacienda y ante la Inspección de Trabajo; la vida de 80 mujeres al año, me parece un fin bastante más elevado que unos cuantos euros de recaudación.
Última conclusión: Este problema de las mujeres asesinadas tiene solución, sólo hace falta poner medios y ganas, al fin y al cabo el Estado Social que proclama la Constitución es eso, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, función suprema de los políticos, y no robar el dinero público por la vía de las comisiones ilegales, como piensan la mayoría de ellos.