CABREADO CON EL MUNDO

miércoles, 4 de agosto de 2010

LIDERES DE OPINION



Hoy he leído un artículo en la prensa, que viene a decir que la realidad no existe, que sólo existe la interpretación que nos llega de los medios de comunicación, y que, para muchísima gente, la vida es como el universo, saben que está ahí afuera, pero, igual que los galos, no llegan a entender muy bien por qué no se les cae el cielo sobre sus cabezas. Buena reflexión.
                                              
Y en cierta medida es cierta, el ciudadano medio ve pasar los acontecimientos y sólo se fija en lo que le explican, sin extraer sus propias conclusiones.

No se entiende de otra forma las huestes de “opinadores” que son prácticamente analfabetos funcionales, y que se dedican formar opinión de las almas cándidas que constituyen su audiencia.

Me llama especialmente la atención un programa que emiten en una televisión privada, dirigido por un presentador de origen humilde y con un asesor de imagen incompetente, que se rodea de una cohorte de estos “opinadores” que me hacen perder la fe en la raza humana.

No se si me dejo a alguien, porque en realidad he tenido muy poco contacto con ese programa, cada vez que lo veo emitiéndose por la pantalla de la televisión de mi casa tengo una discusión con mi hija, le recrimino cómo es posible que una chica universitaria se destruya las neuronas de esa forma y me contesta que le hacen reír, en fin, no hay solución.

Pues bien, de entre los intelectuales que hacen coro al director de horrosa vestimenta, me llaman la atención los siguientes:

Un calvo tatuado con pinta de matón, a quien la naturaleza le ha dado las condiciones físicas necesarias para descargar sacos en cualquier muelle pero que, por circunstancias que se escapan totalmente a cualquier razonamiento lógico, se dedica a ser líder de opinión; además tiene una característica muy especial, no sabe hablar, sólo gritar.

Una señora teñida de rubio, cuyo mayor logro en la vida es haber sido cuñada de una folclórica ya fallecida, dicha señora con pinta de ama de casa arreglada para ir de boda, siempre concluye cualquier intervención con la palabra “vale”, como si de esta forma sintetizara el summum de la verdad absoluta, a pesar de que sus comentarios jamás superan las cinco palabras.

Otra señora teñida de rubio, mucho más bajita y mucho más delgada, famosa por haber sido cónyuge de un tenista ya retirado de prominente dentadura, esta señora hay que reconocerle un porte bastante más elegante, y ciertamente también hay que reconocerle que cuando habla demuestra cierta coherencia, sin duda es la única “opinadora” con estudios que hay en el programa.

Otra señora teñida de rubio, bizca ella, que intentó sin éxito ser cantante, y con un diálogo tremendamente incoherente en cuanto a su contenido y tremendamente ininteligible, en cuanto a su vocalización, en fin, que entenderla exige un esfuerzo mental que no está al alcance de cualquiera.

Otra señora morena, supongo que sin ayuda del tinte, conocida por ser exmujer maltratada de un cantaor machista, y amiga de una famosa folclórica que actualmente se encuentra en horas bajas a causa de sus problemas con la justicia y de un novio un poco golfo, pues esta señora colaboradora del programa se caracteriza porque es monotemática, sólo habla de su amiga folclórica, lo cual se agradece, porque al menos no genera corrientes de opinión sobre temas para ella desconocidos, como sí hacen el resto de tertulianos.

Y finalmente tenemos a otra rubia, más joven, que recientemente ha cambiado su fisonomía, con gran desprestigio para el cirujano plástico, a la vista de los resultados obtenidos por la intervención, dicha señora tiene como gran mérito en su vida el haberse quedado embarazada de un famoso torero, que no destaca precisamente por su inteligencia, y también por haber ido aireando su vida privada en todas las revistas del corazón, y atacando sin piedad a la nueva pareja del susodicho diestro. Esta señora tampoco posee la habilidad de la danza, a pesar de haber ganado un concurso, provocando gran desaire entre el resto de concursantes y aficionados al baile en general.

Pues bien, todos estos ejemplares de homo sapiens sapiens, bastante cutres y tremendamente patéticos, se dedican a opinar sobre temas de los que no tienen ni idea, y a divulgar sus opiniones en el anteriormente mencionado programa televisivo, dilapidando de esta forma el dinero de los anunciantes y, lo que es verdaderamente grave, haciendo llegar su mensaje distorsionado y fruto de la más tremenda ignorancia, a un montón de almas cándidas que siguen el programa, según señalan los índices de audiencia, quienes asumen esas opiniones como verdad absoluta.

¡Qué pena!